Los días 20, 21 y 22 de noviembre los jóvenes de la parroquia hemos ido de convivencia a Gargantilla de Lozoya, en la sierra de Madrid, acompañados de Don Juan Carlos. Ha sido un fin de semana para conocernos mejor y pasarlo genial, y sobre todo para aprender sobre el Amor con mayúsculas.
Bajo el lema «Creados para amar y ser amados», hemos redescubierto el amor con el que Dios nos imaginó antes incluso de nacer, la naturaleza del Amor divino y humano con el que hemos sido creados, y, a través del ejemplo de la Sagrada Familia, las virtudes y características del amor que encontramos en nuestro día a día. Gracias a nuestros catequistas también aprendimos el significado de las vocaciones per
sonales, y principalmente de la que tenemos todos: la vocación al Amor.
Hemos compartido catequesis, juegos, una eucaristía y una adoración, y testimonios de vida sacerdotal y de un futuro matrimonio, todo ello en el contexto de la vocación que tenemos todos al Amor
Nos gustó mucho a todos los jóvenes poder terminar este fin de semana de encuentro compartiendo la Eucaristía del domingo por la tarde con toda la comunidad parroquial y dando gracias por la experiencia vivida.
A continuación tenéis el testimonio de uno de los jóvenes que asistió a la convivencia
“Este era el primer año que iba a una convivencia de la Iglesia y realmente ha sido una experiencia única y muy especial.
Salimos de la iglesia el viernes 20 hacia las siete y fuimos en autobús hasta la casa de San Juan en Gargantilla de Lozoya, donde íbamos a estar esos días. Primero distribuimos las habitaciones y luego hicimos una actividad que consistía en dibujar en cartulinas a cada una de las personas que habían asistido a la convivencia. Todas tenían que tener una gran sonrisa ya que el lema de este año es “SONRIE”. Después de eso cenamos y por último para terminar bien el primer día hicimos dos equipos y jugamos a distintas formas de adivinar canciones, adivinar el título, seguir la letra sin música… Y todo esto con algún baile entre medias. Acabamos sobre las 12 y nos fuimos a dormir.
Al levantarnos el sábado lo primero que hicimos fue rezar todos juntos la oración de la mañana. Después desayunamos y dimos un pequeño paseo por el pueblo. A la vuelta, los catequistas nos estuvieron hablando sobre cómo Dios estaba a nuestro lado en todo momento, sobre cómo había venido a salvar al mundo y sobre las vocaciones, Tras esas charlas tuvimos media hora de reflexión con unas preguntas que nos dieron y que después comentamos todos juntos. Después de comer tuvimos un rato de descanso y luego pasamos toda la tarde haciendo una serie de juegos por equipos, todos relacionados con el amor ya que la convivencia trataba de ‘AMAR Y SER AMADOS’.
Tras una tarde entera de risas y juegos entre nosotros, cenamos y llegó la que sin duda ha sido la parte que personalmente más me ha gustado de la convivencia. Nos dirigimos al oratorio donde asistimos a una misa dedicada a la Virgen María y a su entrega, a José por su confianza y a Jesús por su ejemplo de vida. Y fue en ese momento cuando realmente vi la importancia de esa convivencia y de la iglesia en nuestras vidas. Después realizamos una Adoración al Señor, acompañada de canciones preciosas y grandes reflexiones, hasta las 12 en que nos despedimos del Señor y nos dirigimos de nuevo a la casa. Allí seguimos cantando todos juntos canciones de antiguos campamentos y eso realmente fue muy divertido ¡ Nos lo pasamos realmente genial ! Sacamos comida y estuvimos hasta las 2:30 cantando y picando algunas cosas. Después, nos dimos las buenas noches y nos fuimos a dormir.
El domingo, lo primero que hicimos fue ir al oratorio de nuevo y rezamos todos juntos una oración de Santa Teresa de Ávila. Tras ese rato de oración desayunamos y por la mañana estuvimos hablando sobre las distintas vocaciones. El padre Juan Carlos nos habló sobre el camino que había seguido hasta llegar al sacerdocio, las dudas que había tenido y como había sabido resolverlas. Después una estupenda pareja nos habló de la vocación al matrimonio; también nos hablaron de las dudas, de las distintas vocaciones que se habían planteado y de cómo llegaron a esa relación de amor entre ellos y Dios. Fue una mañana muy bonita y que disfruté mucho y que terminó en un paseo, esta vez más largo y por una zona de monte. A la vuelta comimos y después ya tocaba recoger. Cada uno recogió su cuarto y entre todos limpiamos la casa. Por último hicimos todos juntos una reflexión y preparamos la misa de 8 en Madrid, y para finalizar fuimos al oratorio a dar las gracias por ese fin de semana y esa magnífica convivencia.
Ya de vuelta a la iglesia, en Madrid, preparamos las canciones del coro y fuimos a Misa. Allí hablamos de nuestras experiencias, ofrecimos una carita sonriente por el lema de este curso que es “SONRÍE”, un corazón por el lema de la convivencia “CREADOS PARA AMAR Y SER AMADOS” y una imagen de la Sagrada Familia porque son nuestro ejemplo de vida, también dimos gracias por ese fin de semana y todos esos momentos juntos. Al terminar la misa recogimos y cada uno se fue a su casa a descansar tras un fin de semana cargado de emociones.
Como he dicho al principio esta era la primera vez que iba a una convivencia y de verdad que ha sido un fin de semana maravilloso, inolvidable, en el que hemos aprendido, hemos reflexionado y, sobre todo, hemos estado cerca de Dios. De verdad que se agradece tener estas oportunidades para conocer a la Iglesia y a Dios, por eso, desde aquí quiero aprovechar para darles una vez más a todos las gracias por este fin de semana y por todo lo que nos han enseñado.”