Señor, danos una fe viva,
esa fe de la que tu dijiste que era capaz
de mover montañas….
Danos esa fe viva que nos haga
contemplarte en todas las cosas,
y a todas las cosas verlas también en ti.
Danos esa fe que infundiste a
los apóstoles, que nos haga capaces
de desafiar todos los elementos que
se opongan a la realización de tu
voluntad y de tu gloria.
Danos aquella confianza que hacía
exclamar a tu apóstol Pablo:
» sé en quien he confiado» .
Danos también una fe muy grande que nos
permita penetrar muy profundamente en
el conocimiento de las cosas de Dios.
Y que a ese deseo tuyo:
«si conocieras el don de Dios»,
que expresa tu deseo
de que busquemos tus cosas, podamos
responderte: Señor, ahora lo conozco, Él,
el Espíritu Santo, ha realizado en mi alma
la obra de convertirme a Cristo»
Amén.